El cosmos nos habla en la poesía de Leopoldo Castilla. Y en los poemas de La última piel del mundo, sediento de horizontes, viajero incesante, el poeta nos lleva hacia los confines de la tierra, profunda y salvaje, para enseñarnos la intensidad cósmica de la naturaleza: “Lejos, / por las cumbres, / donde la noche es para siempre, / martirizan / el glaciar / las estrellas.”
El cosmos nos habla en la poesía de Leopoldo Castilla. Y en los poemas de La última piel del mundo, sediento de horizontes, viajero incesante, el poeta nos lleva hacia los confines de la tierra, profunda y salvaje, para enseñarnos la intensidad cósmica de la naturaleza: “Lejos, / por las cumbres, / donde la noche es para siempre, / martirizan / el glaciar / las estrellas.”